El sentirse sola es tan malo como estar mal acompañada. Pero, la diferencia es que cuando uno se siente sola, busca compañía. Y en esa búsqueda, cuando es desesperada, corremos muchos riesgos. Podemos tropezarnos y caer en las redes equivocadas y entonces nos damos cuenta del error cometido: lo más probable es que hayamos dejado pasar a alguien que valía la pena y optamos por quien no era para nosotros.
Es mejor, dar cada paso cautelosamente.
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